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Tomás Hidalgo |
Una vez más el rodillo del partido se ha puesto a funcionar por las sedes del PP en Sevilla aplanando el campo, allanandolo, improductivo para la sociedad porque ese suele ser el resultado final cuando entra en juego los intereses de partido. Gabriel Albiac decía ayer en la radio que los partidos se han convertido en trituradoras de carne humana, y en algo más sostengo yo, los partidos políticos tal y como están estructurados se han convertido también, en un ente inservible para y por la democracia y esto si es grave, suma y sigue en el detrimento de la calidad democrática de un país.
Un partido liberal que se precie de ello no debe dejar al arbitrio de la izquierda -la ideología más reaccionaria con los derechos del individuo- ni a la derecha más retrograda con el menosprecio a una sociedad libre y capaz de decidir su futuro, y en ambos casos el soporte necesario de una democracia, no se debe dejar a ambos lados su defensa y su futuro, no, un partido de centro debe estar siempre en medio como refugio de los desencantos y el banco de la esperanza de los unos y de los otros.
El uso correcto de esta palabra y, que no es el que se da en la actualidad -no es su contexto- se puede asimilar a muchas actuaciones de algunos políticos, no es en su aptitud, su calidad política -que en algunos casos lo es también- son sus acciones las que cuadran con el sentido estricto del significado de la palabra.
En Venezuela, ha pasado y está pasando lo que se describe en la película, seguro que hay un Ernst Janning venezolano que ha perdido su imparcialidad, su independencia por su acercamiento al poder y que está aplicando sentencias que son contrarias a los derechos humanos, contrarias a los principios básicos del derecho y por supuesto dependientes del poder político, ese juez debe saber que no muy lejos en el tiempo tendrá su juicio de Núremberg como también lo tendrá Nicolás Maduro.
La decisión adoptada ayer por el dúo Mañueco Igea y que se reflejara presumiblemente en el BOCYL de hoy, es la rabieta por la cautelar del Tribunal Superior de Justicia, su cansancio -la falta de ideas o soluciones más alla del sencillo y a la par efectivo confinamiento o cierres del comercio, demuestran su desmedida hambre de poder -de querer hacer todo lo que les dé la gana- su molestia, esta cautelar les ha quitado parte de la razón que sustenta su poder y lógicamente, como consecuencia de un todo, su incomodidad. Lo que han querido hacer con eso de mover la hora del toque de queda a las 20.00 es que esa decisión recayese en el débito del decreto de alarma y no en el de la regulación de horarios comerciales de los que la Junta sí es competente y responsable.